martes, 30 de agosto de 2016

Miscelánea Sobre Rio 2016 (2/2)



MISCELÁNEA SOBRE RÍO 2016 (2/2).

La participación española en los Juegos.

Los Juegos de la XXXI Olimpiada se celebraron en Rio de Janeiro, entre el 5 y el 21 de agosto, bajo el lema de “Un mundo nuevo” con la participación de 11551 atletas pertenecientes a 206 Comités Olímpicos Nacionales que compitieron en veintiocho deportes, desagregados en 41 disciplinas olímpicas

Entre los equipos participantes es de reseñar el de los atletas Olímpicos Independientes, con sus siete deportistas de Kuwait, al estar sancionado su Comité Olímpico y el equipo Olímpico de Atletas Refugiados formado por diez deportistas elegidos entre un total de 43 refugiados y la ausencia de 118 deportistas rusos afectados por un  grave escándalo de dopaje.

La representación española formada por 306 atletas, 163 hombres y 143 mujeres, es la 11ª con mayor número de deportistas y participó en veinticinco deportes, ya que no se clasificó en fútbol, esgrima y pentatlón moderno. 

España obtuvo diecisiete medallas (siete de oro, cuatro de plata y seis de bronce) y treinta ocho diplomas (seis de 4º, catorce de 5º, cuatro de 6º, seis de 7º y ocho de 8º), ocupando el puesto decimocuarto  del Medallero Olímpico, encabezado por Estados Unidos con 121 medallas (46 de oro, 37 de plata y 38 de bronce).

Los deportistas españoles que más destacaron a nivel individual son los siguientes:
Mireia Belmonte. Medalla de oro (200 m mariposa), bronce (400 m estilos) y diploma 4º (800 m libres).
Saúl Craviotto. Medalla de oro (K-2 200 m), bronce (k-1 200 m). Cristian Toro. Medalla de oro (K-2 200 m).
Maialen Chourraut. Medalla de oro (Piragüismo eslalon k-1)
Rafael Nadal y Marc López. Medalla de oro (Tenis. Dobles)
Marcus Walz. Medalla de oro (k-1 1000 m)
Carolina Marín. Medalla de oro. Bádminton.
Ruth Beitia. Medalla de oro. (Salto de altura)
Orlando Ortega. Medalla de plata (110 m vallas)
Eva Calvo. Medalla de plata (Taekwondo – 57 Kg)
Lidia Valentín. Medalla de bronce (Halterofilia 75 kg)
Joel González. Medalla de bronce (Taekwondo – 68 Kg)
Carlos Coloma. Medalla de bronce. (Ciclismo – campo a través).

A nivel de equipos, destacar los de:
Baloncesto femenino Medalla de plata
Gimnasia Rítmica Femenino. Medalla de plata.
Baloncesto masculino. Medalla de bronce.
Estos son los resultados más destacados sobre los que Iñigo Menéndez de Vigo, ministro de Educación Cultura y Deporte, no le faltó tiempo para sacar pecho y adjudicar los méritos a su gobierno con afirmaciones como que “el 48% de la delegación española en Río son mujeres gracias al gobierno”, obviando groseramente el esfuerzo, la capacidad, el buen hacer y mérito de los deportistas, especialmente de las mujeres.
Ante tanta euforia institucional conviene señalar, sin ánimo de minusvalorar ni un ápice los resultados, que  se han conseguido el mismo número de medallas que en Atlanta 96 y Londres 12, una menos que en Pekín 08, tres menos que en Atenas 04 y cinco menos que en Barcelona 92.
Una  conclusión objetiva es que se ha aumentado el número de medallas de oro pero en conjunto estamos a un nivel similar al que venimos manteniendo durante los últimos veinte años, máxime si tenemos en cuenta que en estos Juegos de Río el número de participantes en representación de España supera con creces al de países como Rusia, Corea del Sur,  Países Bajos y Hungría que por contra nos superan  en el medallero olímpico. 
Si se supera la “pantalla” del relumbrón institucional y la interesada exaltación mediática de los fervores patrióticos, (“¡ por tu familia, por España, por Dios! gritaba el comentarista mientras Mireia nadaba el último tramo en pos de la medalla de oro), no es difícil reconocer que los resultados obtenidos en forma de medallas y diplomas, con ser muy importantes, no son los únicos para evaluar la participación española en la XXXI Olimpiada.

Principalmente, porque para no pocos de nuestros representantes el haber llegado con un nivel competitivo a los Juegos de Río ya ha sido una verdadera proeza, partiendo de la escasez de medios y apoyos recibidos a lo largo de estos cuatro años, en los que los recortes brutales del gobierno del PP, también en el deporte olímpico, han dejado en la cuneta a un buen número de deportistas y mermado las condiciones  de algunos de los participantes.   

Si como muestra nos centramos en los resultados más exitosos, es fácil percibir que el olimpismo español depende de deportes como el baloncesto, el tenis, el piragüismo, taekwondo y de un ramillete de figuras que por su extraordinaria capacidad individual, dedicación y esfuerzo, surgen como generación natural en un país de gran población.

En la mayoría de los deportes y disciplinas deportivas, especialmente las femeninas, dependen fundamentalmente de esas individualidades y faltan recursos y planes a corto, medio y largo plazo que divulguen y fomente la actividad deportiva entre la juventud, haciéndola compatible con los estudios universitarios y de formación profesional, favoreciendo que estos centros educativos junto a los clubs deportivos sean las canteras adecuadas para la formación de atletas y selecciones olímpicas que dieran  continuidad a las actuales.

Ejemplos a seguir hay muchos, el que se desarrolla en  Gran Bretaña es uno de ellos, que al contrario que España con Barcelona 1992 que ha ido abandonando el programa ADO, continuó con su programa olímpico de Londres 2012, invirtiendo unos 100 millones de euros al año y cuyos resultados en Río 2016 se han traducido en un brillante palmarés de 67 medallas.

En todo caso, no debiéramos dejarnos deslumbrar por los medalleros que son en buena medida consecuencia lógica de un trabajo bien hecho y si, en demandar de los poderes públicos una acción política basada en la colaboración pública y privada,  favorecedora de la implantación y desarrollo integral de políticas deportivas centradas en inversiones en el deporte de base, entendiendo el deporte como un poderoso y eficaz instrumento en la mejora de la salud, la educación, la socialización y el trabajo en equipo.

Pasar de la teoría a la práctica exige un cambio profundo en las estructuras y el funcionamiento de las federaciones, "un mundo nuevo" como preconiza el el lema de los juegos, poniendo a los deportistas en el centro de sus políticas y destinando prioritariamente los recursos a las actividades deportivas y no a gastos de estructura y de gestión, (por primera vez el rugby siete es deporte olímpico y España ha participado con sus dos selecciones, femenina- obtuvo un diploma - y masculina, pues bien uno de los grandes problemas para fomentar este deporte es el elevado coste de las licencias motivado por el coste de los seguros médicos).

Que decir de los equipamientos e instalaciones deportivas, muchas de ellas inadecuadas, en las que se han gastado enormes cantidades de recursos, sin contar para su diseño con lo más fundamental, como es la participación de los mejores conocedores de las disciplinas  deportivas: atletas, entrenadores, árbitros, técnicos, médicos, etc. dando lugar , a que en demasiadas ocasiones fuesen concebidas desde los ámbitos institucionales como obras  emblemáticas a mayor gloria de sus patrocinadores y de muy escasa funcionalidad y utilidad deportiva.

Seguramente cuando leas este post, si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí, los medios de comunicación, incluidos los periódicos y programas de deportes de radio y televisión ya no se ocupen mucho de las medallas y los diplomas de Río 2016, si acaso alguna pequeña reseña de carácter personal sobre los justos y afectuosos homenajes que se dan en el pueblo de este atleta o en la ciudad de aquel otro, una pequeña noticia sobre los Juegos Paralímpicos que se celebrarán del 7 al 18 de Septiembre y poco más ... ya que seguirán machacándonos con el fútbol, fútbol y más fútbol, lo digo pese a que soy muy aficionado a ese deporte, que fue uno de los tres en los que España no se clasificó para los Juegos de Rio 2016. Hay que cambiar muchas cosas en el deporte y todas para bien, para que  dejen de tener sentido palabras como las que pronunciara hace ya tiempo Mireia Belmonte “Importa más el pelo de Sergio Ramos que mi récord”. 


Por eso, modestamente, con estas líneas quiero homenajear a esas mujeres y  hombres que han ganado medallas y diplomas, agradecer lo mucho que me han hecho disfrutar con sus actuaciones y sobre todo a los 306 deportistas españoles que han cumplido el sueño de participar en la XXXI Olimpiada, para que perseveren en su gran tarea, ya que son el mejor ejemplo para tod@s aquell@s que, día a día, en cada terreno de juego, pista, polideportivo, piscina, clubs, centros de tecnificación deportiva  como el de Trasona en Asturias, colegios y universidades se esfuerzan y trabajan para alcanzar su sueño en Tokyo 2020.

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