En todo el mundo, hoy, 1 de Mayo, millones de personas reivindicamos nuestros derechos como trabajadores. Una buena noticia, por que, en una economía cada vez más
globalizada y con independencia de las circunstancias particulares de cada territorio, es fundamental que la clase trabajadora refuerce su carácter internacionalista para afrontar eficazmente los retos de la sociedad del Siglo
XXI.
En España, nos abrimos a un nuevo escenario económico y político, fruto de la desaceleración del crecimiento económico y la formación del nuevo gobierno socialista, modificado sustancialmente en el ámbito del ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que tan eficazmente dirigió Jesús Caldera y que ahora bajo el epígrafe de Trabajo e Inmigración encabeza Celestino
Corbacho, al que deseo tantos éxitos como en su gestión como regidor de
Hospitalet.
Un nuevo escenario, también para las relaciones laborales, en el que el Diálogo Social entre la Administración y los Agentes Económico y Sociales debe seguir siendo el instrumento más adecuado para afrontar eficazmente el cambio del modelo productivo de nuestro país a la vez que se mejoran los derechos
sociolaborales y la protección social de los trabajadores.
Un diálogo social que es necesario abordar de inmediato, ya que, en España y en el conjunto de los países occidentales, es perceptible la
ralentización del crecimiento económico en sectores económicos intensivos tanto en capital como en mano de obra, lo que está empezando a generar la pérdida de empleo en los colectivos más vulnerables: inmigrantes, jóvenes y mujeres.
Es evidente que, incluso para los más profanos, esta situación no puede
afrontarse unilateralmente por un solo país, ni exclusivamente con medidas puntuales y de corto plazo, es más, resulta imprescindible abordarla mediante una amplia colaboración pública – privada, que favorezca impulsar, promover e implantar cambios estructurales que saneen la economía y generen un modelo productivo eficaz,
sostenible e innovador, con capacidad para generar cientos de miles de puestos de trabajo y absorber la elevada demanda de empleo estable y de calidad, existente en la actualidad..
No conviene demorar por más tiempo el cambio del modelo productivo y la ampliación de las bases del actual patrón económico, dando un mayor peso a la industria transformadora y de mayor valor añadido y a las nuevas tecnologías, incrementando con más inversiones las actividades económicas en estos campos, así como en infraestructuras básicas, de transporte y en equipamientos y servicios públicos.
Un nuevo modelo que debe tener como referencia la convicción de que no es factible conseguir la eficacia económica
sostenible sino va acompañada de una eficaz cohesión social y que por tanto es necesario considerar a la ciudadanía como eje central del modelo en su triple papel de trabajadores, usuarios y consumidores.
En consecuencia, parece oportuno
priorizar el desarrollo de acciones que incrementen la formación permanente de los trabajadores, garanticen el poder adquisitivo de los salarios, acerquen el
SMI a la media de los países europeos, den mayor estabilidad en el empleo, fomenten la salud y la seguridad en el empleo, refuercen el sistema de protección social y oferten más y mejores oportunidades de empleo a los demandantes de empleo.
La cohesión social constituye el otro gran objetivo al que deben dirigirse las políticas sociales, centrando los esfuerzos en los colectivos más débiles y necesitados, profundizando en las políticas ya iniciadas anteriormente en materia de dependencia, igualdad, conciliación de la vida personal y laboral, fortaleciendo las relaciones colectivas de trabajo, extendiendo y universalizando la negociación colectiva y consolidando el papel institucional de los agentes sociales.
Para finalizar decir que es de justicia resolver la problemática que afecta muy especialmente a los jóvenes que bajo las fórmulas de prácticas y becas realizan estancias sin derechos en las empresas públicas y privadas de nuestro país y también la de aquellos trabajadores que en el ocaso de su vida laboral tienen contratos en Colaboración Social con instituciones públicas. En consecuencia es preciso y urgente abordar las modificaciones legislativas y normativas que favorezcan la contratación laboral y el reconocimiento pleno de sus derechos como trabajadores y trabajadoras.
¡Viva el 1º de Mayo!.