
La reciente aprobación, por unanimidad de las fuerzas políticas (suena raro verdad), del Estatuto del Trabajador Autónomo va a suponer un importante avance en las condiciones de vida y trabajo de más de tres millones de personas en toda España y de ellas en Asturias casi 70.000.
Culmina así con éxito, una larga tarea que han venido realizando a lo largo de muchos años las asociaciones del sector y especialmente en lo que se refiere a Asturias un grupo de compañeros y compañeras socialistas y ugetistas, a los que humildemente les dedico este comentario.
Por que ha sido en buena medida, gracias a ellos y a ellas, a su incesante trabajo, que hubo de superar, desde los viejos tópicos que les consideraban que no eran “carne ni pescado”, hasta las incomprensiones de quienes, en aquellos años y desde sus responsabilidades, más debían haber contribuido a ayudarles a conquistar estos derechos.
Hoy, el trabajo arduo y desinteresado, de tantos años, ha dado sus frutos. Para los autónomos: nuevos derechos laborales y de protección social, que habrán de perfeccionarse en el desarrollo reglamentario y especialmente en la figura del autónomo dependiente. Para el Partido y el Sindicato, la satisfacción de haber sido los eficaces instrumentos, que han ayudado a conseguir las justas y razonables reivindicaciones de los emprendedores, los trabajadores autónomos y de la economía social.
Esta tarea, más intensamente desarrollada a lo largo de estos últimos años, en la que hemos tenido la oportunidad de intercambiar planteamientos e ideas, nos ha facilitado conocer mejor a un sector cada vez más importante en la economía regional, tanto por su dinamismo en el crecimiento del empleo como por su relevancia económica.
En Asturias, el sector que cuenta entre sus puntos fuertes con una significativa mayor participación de la mujer, muy superior a la del conjunto del sistema productivo, tiene entre sus puntos débiles, las dificultades burocráticas para la creación de empresas y la escasa implantación de las TIC.
En definitiva, la puesta en valor del Estatuto del Trabajador Autónomo, las políticas de fomento del empleo y del autoempleo, y la implantación de las nuevas tecnologías, deben articular los elementos centrales de nuestras políticas en un sector que se ha convertido de hecho en un factor clave, para la implantación y desarrollo de las ideas socialistas y de nuestro proyecto político en el conjunto de la sociedad.