viernes, 5 de junio de 2009

Europa. Una Tarea de Tod@s



Prácticamente finalizada la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo, y tras tener la oportunidad de asistir personalmente a numerosos actos del PSOE en Asturias y seguir, intensa y detalladamente, a través de los medios de comunicación e internet, muchas de las intervenciones de los líderes de las fuerzas políticas más relevantes, tengo la sensación de que está campaña ha estado orientada a otros objetivos muy alejados de la política europea, ya que la mayoría de sus protagonistas apenas han hablado de Europa e incluso ni tan siquiera de POLÍTICA, así con mayúsculas.

Así, nos han obsequiado, de manera machacona, con una serie de monólogos sucesivos, plagados de toda clase de reproches y descalificaciones que no tienen más base argumental que el “y tú más”, tarea en la que se mostrando especialmente activos los “oradores” del PP y otros partidos que parece no acaban de encontrar su “nuevo papel” en la oposición.

Unos y otros, han renunciando a exponer sus ideas europeístas (en caso de que las tengan) y se han dedicado a lo largo de la campaña a otros menesteres cuyos principales objetivos, si no únicos, han consistido en intentar el desgaste del adversario (gobierno central y autonómico – si procede) y al estímulo de la abstención (“ ya que son todos iguales”) a costa incluso del descrédito de la política.

Buenas muestras de ello han sido “el debate” protagonizado por los cabezas de lista del PSOE y del PP en Antena 3, en donde el Sr. Oreja no tuvo ningún empacho en encajar en el apartado de Políticas Sociales sus reproches sobre el GAL. Ahora bien, si lo comparamos con su esperpéntica comparación de la pederastia (un delito) con la interrupción del embarazo (un derecho), casi no habría nada que objetar respecto a “sus particulares ideas” sobre las Políticas Sociales.

Me llama también la atención que otro de los objetivos del PP sea que las acciones “presuntamente delictivas”, por las que están imputados dirigentes de ese partido en las Comunidades Valencianas y Madrileñas, se pretendan “convalidar” mediante un mayor o menor apoyo electoral a este Partido, una idea deleznable en democracia, máxime cuando los imputados no forman parte del cartel electoral .

En ese sentido, el Sr. Mariano Rajoy con sus intervenciones, en las que ha presentado al Sr. Camps como el más honorable de los ciudadanos valencianos, españoles, ¿europeos también? y mostrado su apoyo explícito al Sr. Fabra, no ha hecho otra cosa que contribuir al descrédito de la política. Por que él, es perfecto conocedor que uno y otro, con independencia de las decisiones que se tomen en el ámbito judicial, tienen un comportamiento público incompatible con la ética que debe guiar las acciones de un dirigente político democrático.

Por el contrario mucha gente, como el que suscribe, es de la opinión que lo importante es la construcción de la Unión Europea y que en consecuencia la ciudadanía española se juega mucho. Por que al igual que los ciudadanos y ciudadanas de los veintisiete estados miembros de la UE que han suprimido sus fronteras, integrado sus mercados y unificado (una mayoría) su moneda, vamos a decidir de forma Voluntaria y Democrática, el día 7 de Junio, el modelo económico, social y medioambiental que deseamos para este espacio público europeo que estamos construyendo.

Voluntaria, por que las instituciones nacionales están llevando a cabo continuas cesiones de soberanía hacia las instituciones europeas, hasta el extremo de que, por ejemplo, casi el 80% de la legislación que se aplica en España emana de las instituciones europeas y siete de cada diez de esas normas requieren el visto bueno del Parlamento Europeo. Un Parlamento, que ha ido ganando poder en las ultimas legislaturas y seguirá haciéndolo si el Tratado de Lisboa entra finalmente en vigor.

Democrática, por que el voto de cada ciudadano de la Unión Europea vale lo mismo, con independencia de la extensión o la riqueza del país en que reside, de su profesión, de su formación o de su renta personal. Un médico alemán, una maestra francesa, un jubilado belga o una peluquera italiana, tienen el mismo derecho a ser escuchados, ser electores y elegibles que un minero asturiano.

Por eso, era y es muy necesaria que esa voluntad democrática en la construcción europea tuviera un fiel reflejo en la campaña al Parlamento Europeo. Un objetivo que no se ha podido alcanzar plenamente, en la medida que el PP y otros partidos de la oposición, han tratado de aprovechar la ocasión con el único fin de castigar al gobierno, centrando todos sus esfuerzos en “agrandar ante el electorado los efectos de la crisis a nivel nacional".

Con ello, no han hecho otra cosa que mostrar a la ciudadanía su absoluta falta de perspectiva para afrontar la situación de una manera eficaz y el desenfoque de sus objetivos reales. No en vano, resulta más que evidente que nos encontramos ante una crisis global y no solamente española y que el resultado de las urnas trasciende el hecho nacional y sirve para situar en el Parlamento una mayoría progresista o conservadora.

Una mayoría parlamentaria que no resultará indiferente ante cuestiones como las políticas de emigración, el derecho al secreto de las comunicaciones en internet, las opciones energéticas en Europa, la liberalización de los horarios comerciales, la reforma del sector financiero, la reforma de la Política Agraria Común, los presupuestos y los fondos europeos a partir de 2014, la ampliación a 18 semanas del permiso de maternidad para las trabajadoras, la política de seguridad contra el terrorismo y las mafias organizadas, etc.

Si pese a todo lo anterior, algún elector se siente tentado de minusvalorar la importancia de las elecciones, por razones como: “de ellas no sale un gobierno propiamente dicho”, o “son un gran camelo” como dicen los euro-escépticos y los “pasotas”, seguramente me permitirá mostrarle algunos datos y ejemplos que le acercarán a conocer, algo más, la realidad europea.

El Parlamento aprobó y/o rechazó en pie de igualdad con el Consejo de Ministros de la UE (donde se sientan la representación de los Estados) 404 procesos legislativos, la decisión del Parlamento bloqueó que se pudiera generalizar en toda Europa la jornada semanal de 65 horas, modificó sustancialmente la liberalización del sector servicios, la mayoría de derechas del Parlamento aprobó, (lamentablemente y para vergüenza de quienes defendemos los Derechos Humanos), una Directiva que permite “retener” a un emigrante ilegal durante dieciocho meses, etc. .

En definitiva, a los candidatos/as y a los oradores/as de los mítines y debates políticos no les ha faltado materia más que suficiente para marcar con claridad y rotundidad sus posiciones políticas y las de los partidos políticos a los que representan. Buenas muestras de todo ello las hemos tenido en Asturias escuchando las intervenciones de los compañeros y compañeras socialistas y muy especialmente de Felipe González, Ramón Jáuregui y Josep Borrell que, centrándose casi exclusivamente en el hecho europeo, han puesto de manifiesto que “Europa si interesa”, cuando sobre ella, se expone con rigor, brillantez y de forma pedagógica todo un amplio compendio de argumentos e ideas que luego “sirven a los militantes” para reproducir en su mitin particular en el ámbito familiar, laboral y social o escribir en un blog, como también es el caso.

Así que, estimados amigos/as, no desperdiciemos la ocasión para influir directamente en la construcción de ese espacio público europeo, por que además de las razones ya dadas, esta oportunidad, (aparte del referéndum sobre la Constitución Europea y sobre la que nadie que yo sepa ha hablado), sólo nos la brindan a la ciudadanía cada cinco años.

Tod@s a votar el próximo domingo y llenar las urnas de votos socialistas para que el próximo Parlamento Europeo se convierta en fiel reflejo de una ciudadanía europea progresista y sea así capaz de construir un espacio público en que sea posible una sociedad más justa, democrática, libre y solidaria.